Metodología RAM: La herramienta de UNESCO que vela por una IA Ética 

Con el fin  de saber cuán preparado está cada país para implementar de manera ética y responsable la Inteligencia Artificial, la UNESCO desarrolló un instrumento llamado Readiness Assessment Methodology (RAM). 
En Latinoamérica, 14 países la están implementando, destacándose Chile como un modelo global al ser el primero en completarla.

Si hay un aspecto en el que la Inteligencia Artificial (IA) genera consenso es en que requiere de una regulación adecuada para maximizar sus beneficios y mitigar los riesgos.

En 2017, Canadá lanzó la primera estrategia nacional de IA en el mundo y según revela el AI Index Report 2023, del Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Ser Humano (HAI), de la Universidad de Stanford, desde entonces  se han presentado 62 estrategias en el mundo, 14 están en desarrollo y 127 países cuentan con al menos una ley relacionada con IA.

Pese a ello, no fue sino hasta la 41ª Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), realizada en noviembre de 2021, que el mundo pudo contar con el primer marco normativo global para desarrollar éticamente la IA. 

El uso acelerado de esta tecnología y su impacto en la sociedad se había vuelto una prioridad para el organismo de Naciones Unidas, que ya en su sesión plenaria de 2019 había aprobado la creación de una normativa global sobre el tema. Así, a principios de 2021, la UNESCO llevó a cabo una consulta multidisciplinaria con expertos globales para establecer los principios y directrices para el desarrollo y uso responsable de la IA. Estos principios quedaron plasmados en la “Recomendación sobre la Ética de la IA”, norma aprobada por los 193 países miembros de la UNESCO en la 41ª Conferencia. “Es el primer instrumento a nivel global que ha sido aceptado y adoptado por esa cantidad de países”, señala la economista Natalia González, quien es la coordinadora experta en Ética de Inteligencia Artificial para América Latina y el Caribe de la UNESCO.

La organización creó la mencionada recomendación como una guía que ayuda a gobiernos, empresas y organizaciones a estar mejor preparados para afrontar, mitigar y resolver los efectos no deseables de la IA, y cubre 11 ámbitos de acción política, incluyendo la gobernanza ética, la política de datos, la educación y la salud e investigación, entre otros. Con ello fomenta,  entre otras cosas, la alfabetización en IA, el empoderamiento de la investigación ética en la educación y el aprendizaje electrónico, y la promoción de investigaciones interdisciplinarias mediante inversiones y colaboraciones sectoriales que respeten los Derechos Humanos.

Para implementar la “Recomendación sobre la Ética de la IA”, la UNESCO desarrolló un instrumento concreto, la Metodología de Evaluación del Estado de Preparación -más conocido como RAM, por su siglas en inglés- y que tiene por objetivo evaluar -a través de cuestionarios y otros instrumentos de participación- cuán preparado está un país para la implementación ética de la IA en cinco dimensiones: la jurídica/regulatoria, la social/cultural, la económica, la científica/educativa y la tecnológica/infraestructural.

Metodología práctica 

Esta herramienta ayuda a los países a evaluar si sus leyes y políticas de IA son adecuadas y se alinean con los principios de la Recomendación Ética de la UNESCO, asegurando así un desarrollo positivo de la inteligencia artificial que respete los derechos fundamentales de las personas.

La implementación de la RAM contempla la formación de equipos nacionales, la contratación de consultores locales, y la organización de eventos y talleres con diversos actores del sector público y privado, además de académicos y organizaciones sociales. 

Los actores del sector público utilizan el cuestionario RAM para evaluar el estado de la IA en las cinco dimensiones mencionadas. Los resultados obtenidos guían los cambios institucionales y regulatorios necesarios de ejecutar. Esta información se complementa con datos del sector privado y civil recogidos en talleres y mesas de trabajo interdisciplinario. Finalmente, se publica el «Informe de Evaluación de la Preparación de la IA», que presenta los resultados de la RAM y ofrece recomendaciones de políticas para abordar brechas de gobernanza y garantizar un ecosistema de IA responsable, alineado con la Recomendación de la UNESCO.

A nivel mundial, unos 50 países están trabajando con la metodología, de los cuales 14 son latinoamericanos. Chile fue el primer país del mundo en finalizar la implementación de la RAM y en publicar su informe final. Se espera que en los próximos meses se publiquen los de Uruguay, República Dominicana y Cuba, mientras que otros siguen su proceso. “La UNESCO ha estado utilizando a Chile y Uruguay como ejemplos globales, debido a su avance y liderazgo en la temática”, dice la experta del organismo internacional.

El caso chileno

El proceso de implementación de la RAM en Chile constó de cuatro fases y se completó en menos de un año. Fue llevado a cabo por la consultora chilena Foresigth, contratada por la UNESCO, y contó con la colaboración directa del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile. Se realizó para actualizar la Política Nacional de Inteligencia Artificial de este país (2021), presentada en mayo pasado, incorporando todas las recomendaciones del instrumento. “La evaluación del proceso de la RAM en Chile coincidió con la salida del Índice Latinoamericano de IA 2023 y la actualización de la Política Nacional de IA. Esto puso a Chile en una buena posición y le permitió levantar información valiosa y detallada sobre cómo estamos y activó la conversación en áreas donde faltaba», explica José Guridi, cofundador de Foresight, consultora encargada de aplicar la RAM en Chile.

En la primera fase, se formó una comisión interministerial para diagnosticar la IA en el Estado mediante el cuestionario de la RAM. Se realizaron talleres en seis macrozonas con 300 participantes de diversos sectores para recoger percepciones sobre las oportunidades y desafíos de la IA. Luego concluyó con una hoja de ruta revisada por contrapartes ministeriales y un informe de evaluación con recomendaciones. “Las recomendaciones de la RAM de la UNESCO fueron muy útiles para enfocar los esfuerzos realizados durante la actualización de la Política Nacional de la Inteligencia Artificial de Chile (PNIA), permitiendo avanzar en impactos culturales y sociales, estableciendo principios éticos y promoviendo la responsabilidad y transparencia en el desarrollo y uso de la IA”, dice la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile, Aisén Etcheverry. 

Además de su aporte a la PNIA, los elementos identificados a través de este instrumento fueron recogidos en un proyecto de ley presentado al Congreso  chileno, en mayo de 2024, “que promueve la IA centrada en el ser humano y que busca proteger la salud, seguridad, derechos fundamentales y a los consumidores, además de proponer una combinación de autorregulación y regulación basada en el riesgo, clasificando los sistemas de IA según su nivel de amenaza, siguiendo los principios éticos que están en consonancia con la “Recomendación de la UNESCO sobre la Ética de la IA”, señala la ministra.

El consultor indicó que uno de los aspectos destacados de la experiencia en Chile es que la implementación de la RAM fue participativa, lo que enriquece el resultado, porque considera el ambiente emocional sobre la inteligencia artificial. “En Chile, observamos que, en general, hay una mirada más bien optimista sobre la inteligencia artificial. Se le ve con un gran potencial que hay que aprovechar”, explica Gurudi.

El informe final de la RAM recomienda a Chile priorizar las leyes de protección de datos y ciberseguridad, formular estrategias de IA a nivel municipal, evaluar el impacto de la IA en la cultura y el medioambiente, atraer inversión en infraestructura tecnológica y mitigar el impacto en la fuerza laboral con planes de reciclaje laboral. También propone una gobernanza adaptativa para lo cual recomienda crear un órgano especializado que supervise la implementación de políticas de IA, asegure su alineación con la legislación vigente y proponga mejoras regulatorias. 

El documento ya está publicado y formará parte del Observatorio Ético de la IA de la UNESCO, plataforma que compartirá buenas prácticas globales. Mientras tanto, el organismo de la ONU trabajará con países que han completado el proceso de la RAM para ajustar y actualizar metodologías. “La dinámica futura implicará revisión periódica y adaptación de estrategias debido al rápido avance tecnológico,” afirma Natalia González de la UNESCO.

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